En alguna ocasión me han tachado de exagerada cuando he dicho que la Iglesia Católica sigue estando perseguida. Parece que consideramos persecuciones solo a las acaecidas en tiempos de los romanos, o como mucho en algunas guerras como es el caso de nuestra guerra civil o de las otras muchas que se están dando en el mundo.

De vez en cuando se oyen atentados contra iglesias católicas en diferentes países de África, o de los secuestros de sacerdotes y religiosos por grupos radicales islamistas. Puede ser también la represión que sufren actualmente los cubanos para manifestar su fe. Tengo una amiga en La Habana que muy frecuentemente me informa de lo que sucede en ese país. O como en Nicaragua con la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes y algún que otro obispo, como también la prohibición de algunas ONG.
Pero no son solo persecuciones las que se sufren físicamente.

Hace bastantes años, Radio Nacional emitía un programa llamado “Frontera” a las seis de la mañana de los sábados, que trataba temas muy interesantes que no solo afectaban a la Iglesia Católica, sino a toda la sociedad. Al cabo de un tiempo adelantaron la emisión a las cinco de la mañana, cuando es más fácil que muchos no nos hayamos despertado todavía.

El domingo, ese horario estaba reservado a las confesiones Evangélica, Judía y Musulmana. La última remodelación en Radio Nacional hecha este septiembre, estas confesiones se han pasado a las cuatro de la mañana del domingo. “Frontera” conserva el horario, pero pasa al domingo también.

Otro detalle, también de Radio Nacional, es que unos minutos antes de las cinco de la mañana se emitía un espacio llamado “Aldaba, reflexión para empezar el día”, en el que un grupo de personas hombres, mujeres, religiosos, sacerdotes u obispos se turnaban para reflexionar sobre algunos temas, casi siempre de religión, pero también sobre convivencia, amistad, vida… Pues bien, ese espacio ha pasado también a unos minutos antes de las cuatro de la mañana. ¿Por qué ese horario tan difícil para personas normales, que tienen un sueño normal?

Así que considero que las persecuciones no son solo físicas, sino también sicológicas. Y no solo se sufrían en la antigüedad, sino que son muy actuales.

Por tanto, no me considero demasiado exagerada visto lo que se está viviendo últimamente, y a poco que nos fijemos en las noticias que nos dan todos los días.

Respeto la sociedad laica, siempre que sean respetados todos los credos de cada persona y no el laicismo que no respeta la conciencia de los demás.