Si existe un sonido que caracteriza a la Semana Santa es el de los tambores, bombos, timbales y cornetas que marcan el paso y acompañan a los penitentes en el camino. Tras esas melodías se encuentran cientos de cofrades que ensayan durante meses para que el sonido sea perfecto y uno solo durante todas las procesiones. Y al frente de todas ellas se encuentran los representantes de las secciones de instrumentos; todos jóvenes.
Álex Barbastro, representante de la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad, es el más reciente en ocupar este puesto. No obstante, forma parte de esta cofradía desde que nació. «Me apuntó mi abuelo cuando tenía semanas de vida”, declara. Barbastro entró en la sección tras su comunión, siguiendo las normas que por aquel entonces marcaba la cofradía. Ahora, es uno de los más veteranos y el representante. “David Escalona, el anterior representante, me ayuda mucho”, agradece.
Actualmente 50 miembros componen la sección entre tambores, timbales, bombos y cornetas en edades comprendidas entre los 4 y los 58 años. Un dato del que se muestran contentos porque “éramos una banda bastante envejecida. Por suerte, llevamos dos o tres años en los que viene mucha juventud. Como este año, que han entrado ocho”, comenta Escalona.
Por otro lado, Barbastro coincide con su compañera Nazaret Rubio en que una de las dificultades es instruir a los nuevos. “Les tienes que enseñar a la vez que los veteranos ya se lo saben. Por lo que coordinar a ambos grupos requiere un equilibrio para que no se aburran”, explica. No obstante, confiesa que lleva el cargo “con ilusión y con ganas. Si no, no se podría hacer”.