Barbastro rebosa talento y grandes creadores. Además, en muchos ámbitos. Pero en esta ocasión el protagonismo se lo llevan los diyéis, es decir, los encargados de “pinchar” su música animando así a barbastrenses y visitantes a disfrutar de las fiestas bailando y cantando.
Este año 2024, seis de estos jóvenes del Somontano forman parte de las fiestas de Barbastro, con presencia tanto en las actividades prefestivas como en el pasacalles, el Coso Blanco y cómo no, en el escenario de Interpeñas. Hablamos de Aarón Torres; Álex Curreya; Luis Domper, también conocido como DJ Luistos; Gonzalo Revilla, Samuel Broto y David Corral, conocido como DJ Pikinho. Estos seis artistas compartirán escenario durante estos días.
Muchos de ellos hicieron sus pinitos en los bares nocturnos o peñas de Barbastro, como Álex Curreya, Gonzalo Revilla, Aarón Torres o David Corral. El primero comenzó a los 17 años y recuerda perfectamente cuál fue su primera actuación: “Un viernes noche del año 2011 en la zona Maddos de la Sala Público de Barbastro, junto a un amigo”.
Después de eso, visitó otros bares de la ciudad y tras instalarse a vivir en Zaragoza, también se recorrió diversas salas de la capital. “Luego adquirí mi primera residencia como diyéi en la sala Tony Wilson, lo que me permitió compartir cabina con otros de talla nacional y ganar así visibilidad para que me llamaran salas o festivales de todo el territorio nacional”, explica Curreya.
Por otro lado, Gonzalo Revilla comenzó a los 16 años y sus primeras oportunidades llegaron en la Sala City y en el Público (ambos desaparecidos). “Tras unos años así, tuve la suerte de incorporarme como residente en Reset Club de Zaragoza, lo que me dio la oportunidad de actuar con diyéis de talla internacional con frecuencia y notoriedad para trabajar en otras salas”, confiesa.
Torres lleva de la mano de la música toda la vida. Primero como bailarín, pero tras la disolución del grupo en el que bailaba, tuvo que tomar una decisión. “Soy una persona muy movida y la música siempre me ha gustado mucho. Se me pasó por la cabeza probar a tocar algún instrumento, pero finalmente me apunté a un curso de diyéi que ofrecía la Casa de la Juventud. Los profesores me dijeron que valía para eso y me motivó a continuar. Poco a poco fui practicando y el primer sitio donde actué fue en el Café del Coso. Más tarde conseguí una residencia con el Skyline, el Namasté de Barbastro. Después y debido a mis estudios, comencé a pinchar en Valencia, en discotecas más grandes”, narra Torres.
El nombre artístico de David Corral es DJ Pikinho, quien se adentró en este mundillo a los 13 años, aunque siempre le había dado mucha vergüenza el escenario. Pero llegó un año en que la peña Ferranca le brindó la oportunidad de realizar una sesión un día de las fiestas y no lo dudó. Ahí arrancó su carrera profesional.
Corral confiesa que su estilo favorito es el reggaeton, pero coincide con sus compañeros en que “debemos adaptarnos a la actuación y al público”. Aunque Torres añade que “cuando nos contratan a uno de nosotros, ya saben qué estilos tocamos cada uno, pero siempre miramos de adaptarnos”.
En los pueblos del Somontano también surgen oportunidades, como la de Luis Domper, de Pozán de Vero. Tenía 18 años cuando, por hobbie, pinchaba techno, un estilo de música. Tiempo después comenzó a actuar en las fiestas de pueblos del Somontano y a los cinco meses ya estaba en discotecas de Navarra. “A los años me cansé, hice un parón y ahora he vuelto gracias en parte a Curreya. Un día me propuso pinchar otro estilo de música. Decidí probar y me gustó. Por eso me he creado otra marca musical (DJ Luis Domper) para diferenciar cuándo intervengo con techno y cuando con música más comercial”, confiesa.
En una localidad muy cercana, Castillazuelo, otro joven se iniciaba en este mundo. Samuel Broto se vio influenciado, en parte, por su hermano mayor. “Empezó en casa a poner canciones de techno y descubrí que me gustaba ese género musical. Poco a poco, y de manera autodidacta, comencé a formarme. Después decidí trabajar con alguna discomóvil para aprender más. Pero no ha sido hasta hace cuatro o cinco años cuando he comenzado a pinchar en pueblos”, explica. Y añade: “A veces la gente se piensa que de un día para otro ya actúas en todos los sitios que puedes y no, esto es progresivo y si te gusta, debes dedicarle horas y no dejarlo”.
Sus actuaciones en las próximas fiestas
El primero en demostrar sus habilidades en estas fiestas de Barbastro en principio iba a ser Luis Domper el pasado viernes 30, en la presentación de las Ferranqueras y el Ferranquero de Honor. Sin embargo, la lluvia impidió su estreno. El viernes 6 reaparece, pero con su marca Luistos y en el escenario de Interpeñas. Por último, el sábado 7, regresa con su otro nombre por la noche a la Peña Ferranca.
Domper confiesa que lleva muchos meses trabajando en ello y que agradece la oportunidad. “En mi primera etapa como diyéi pinché, hace muchos años, en Interpeñas y no guardo muy buen recuerdo. Esta es la ocasión de sacarme esa espinita”, confiesa.
Por otro lado, su compañero Samuel Broto este año no se encuentra en el cartel de los artistas que subirán al escenario de Interpeñas, pero le espera un reto nuevo: el chupinazo. “Me siento con la intriga de llegar allí y ver qué me encuentro, pero tengo muchas ganas”, explica.
No obstante, al resto de estos pinchadiscos los encontraremos en Interpeñas. El viernes 6, Pikinho, Álex Curreya y Luistos y el sábado 7, Aarón Torres y Gonzalo Revilla.
Curreya explica la sesión que tienen preparada para el viernes 6: “La noche comienza con actuaciones de grupos musicales que mezclan ska, reggae y rock por lo que traté de hacer una programación que cubriera otros estilos musicales no tocados. Piki empezará con su estilo reggaetón con una mezcla de pop que hace disfrutar a los más jóvenes, le seguiré yo mezclando géneros urbanos, indie, 80s, 90s para un público de mediana edad y trataré de finalizar mi sesión con canciones con bases más electrónicas para dar paso a Luis que cerrará con house, techouse y techno”.
Varios de ellos ya han pisado previamente este escenario, pero para Pikinho y Revilla supone su primera vez. Y no ocultan sus nervios. “Se trata de una sesión que me hace especial ilusión precisamente por eso. Y más en mi caso que tuve que salir fuera para despegar. Volver en un formato tan grande como el espacio Interpeñas genera nervios”, confiesa Revilla. Un sentimiento que su compañero Pikinho comparte: “Me encuentro muy ilusionado y con muchas ganas. Cuando me llamó Álex Curreya se lo agradecí mucho porque era algo que siempre me había gustado lograr”.
Y es que Álex Curreya y Aarón Torres han asesorado al Ayuntamiento sugiriendo algunos de los diyéis que podían animar estas fiestas. Una ayuda que ha quedado patente por la gran apuesta por lo local. “Considero que en casa contamos con buenos artistas. Ya no se trata solo de apostar por lo nuestro porque es lo que se debe hacer, sino porque realmente existe talento. Además, muchos artistas de aquí no tienen esta oportunidad o les ha costado mucho llegar a Interpeñas, un escenario donde, al final, se reúne mucha gente”, explica Torres.
La apuesta por los diyéis
Cada año más ciudades y pueblos apuestan por este perfil de espectáculos, en vez de orquestas o grupos similares. ¿Por qué? Nuestros diyéis coinciden. Por un lado, por la versatilidad respecto al amplio repertorio de géneros musicales y canciones que pueden poner. Por el otro, por una cuestión económica, ya que el coste de estos artistas es menor que el de, por ejemplo, una orquesta o grupo que toca su música en directo. “Además, los diyéis animan mucho más y encima no desafinan”, comenta entre risas Domper.
Muchos ya llevan varios años de trayectoria como diyéis y comentan que han notado un cambio en la industria y, sobre todo, en el público barbastrense. “Estos últimos años ha aumentado mucho el indie y la música comercial, sobre todo a raíz del PolifoniK Sound. Creo que se ha vuelto más comercial. De hecho, aprecias que cambias de estilo y la gente lo agradece. Antes pinchabas tecno y todos estaban contentos, ahora no… Creo que ahora somos más exigentes. Pero es difícil contentar a un público tan grande”, explica Broto.
Torres también ha observado algunos cambios en este mundillo. “Ahora un promotor lo que busca es que le llenes el local. Da igual que pinches bien o mal, necesitas llenar. Antes se buscaba la calidad, ahora hay muchos diyéis, por lo que se buscan los seguidores que tienes en redes sociales, lo que muevas de gente, etc. El marketing hace muchísimo”.
El amor por actuar en casa y su parte favorita de la profesión
Todos coinciden en que actuar en casa para ellos supone toda una alegría y un gran orgullo. Curreya comenta que “gracias a años de esfuerzo y dedicación he podido permitirme dedicarme al oficio de DJ de forma profesional, pinchando por casi todas las provincias del territorio nacional y compartiendo escenarios con los mejores artistas del panorama nacional e internacional”.
Sin embargo, admite que “lo más satisfactorio es llegar a tu casa y enseñar todo el trabajo que has mostrado por todo el país y ver que lo acogen igual de bien o mejor. Para mí es tremendamente gratificante la buena respuesta de mis paisanos y me impulsa a seguir mi camino con más energía y dedicación”.
Revilla, al igual que Curreya, también ha actuado en Barbastro en otros lugares como, por ejemplo, en el PolifoniK Sound, en el Tardeo Barbastro o en la peña FBF. “Al actuar normalmente fuera de Barbastro volver siempre es especial y más en los lugares que me nombras ya que en ambos tengo vínculo”, confiesa.
Por otro lado, Broto adora “tener a mi gente cerca y hacerles disfrutar. Mi objetivo es que la gente baile y disfrute. Al final se trata de eso, nuestro trabajo consiste en que la gente se lo pase bien”. A su vez, añade que otro de los factores que le gustan de este trabajo se centra en las personas que conocen.
Torres admite que para él estas fechas “son lo más grande del mundo. Estos últimos años estoy muy contento a nivel profesional por las buenas oportunidades tanto dentro como fuera de Aragón. Pero para mí las fiestas de Barbastro son una fecha única no solo por la cantidad de gente, sino porque estoy en casa, tengo a mi abuela en primera final viéndome, a mi tía con mi prima entre el público… Luego dejo de actuar y la gente me habla, veo a mi gente que disfruta y que se lo pasa bien, y eso para mí es lo más grande del mundo”.
Y añade: “Siempre intento que todo el mundo esté contento porque creo que la fiesta es para que la gente esté orgullosa de su pueblo, de los artistas que tiene su pueblo y de que la gente nos envidie desde fuera”.
Aunque no todo son buenas palabras. “Una persona que se dedica a la fiesta siempre debe transmitir ese sentimiento de euforia y a veces es complicado. Si actúas una vez al año, vale, pero sábado tras sábado, a veces cuesta. Al fin y al cabo, no dejamos de ser trabajadores y personas”, explica Torres.