“Un almacén, ocho trabajadores y ningún aseo. Podría parecer el principio de un chiste malo, pero obviamente no lo es. Son las condiciones que la recién estrenada en el transporte sanitario aragonés, la sevillana ambulancias Tenorio, impone a sus trabajadores de la ambulancia de soporte vital básico de Aínsa”, así comienza una denuncia social sobre las condiciones de los trabajadores de la ambulancia de soporte vital básico de Aínsa.
Ante la ausencia de un centro de trabajo, el jueves 1 de junio, recién iniciado el servicio bajo el nuevo pliego que sacó a concurso el gobierno de Aragón, la empresa Tenorio improvisaba un hostal en Aínsa para poder garantizar la presencialidad de los trabajadores 24 horas diarias, como así se establece. Un parche que no convencía a trabajadores ni sindicatos, al no garantizar un espacio como dicta la normativa, con vestuarios, taquillas, zona de limpieza y desinfección, etc….
“Pero la sevillana va más allá, y con el fin de minimizar al máximo sus gastos”, en el día de ayer notificó a los trabajadores que ya no iban a disponer del hostal para su descanso, y que a partir de ahora deben desarrollar las 24 horas de su jornada laboral en el almacén para el material, fármacos y productos de limpieza.
Condiciones del “nuevo” almacén de los trabajadores de la ambulancia de Aínsa
Un almacén de unos 8m², sin aseo, bajo un techo de chapa, que el ayuntamiento de Aínsa cedía en su día para ser utilizado como lo que es, un almacén. Y que a pesar de contar con una litera, “que parece que alguien ubicó ahí para no tirarla a la basura”, en ningún caso está pensado para ese fin.
Pero, ¿cuál es la solución a la falta de algo tan básico como un aseo según la empresa? La utilización del de la instalación de la vecina Cruz Roja que apenas pasa unas horas al día abierta.
“Obviamente, la crispación y el malestar de los trabajadores continúa en aumento con cada giro que la empresa da con el único objetivo de llenar al máximo sus bolsillos. Mientras ellos siguen sin uniformidad 13 días después de la puesta en marcha del servicio, pagando de su bolsillo las dietas que no saben si cobrarán, y como se evidencia, sin un lugar digno en el que trabajar”, concluyen.