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Araceli Cavero A cuatro manos
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Luces de Navidad

Araceli Cavero A cuatro manos
02 enero 2025

El cambio climático que ya tenemos aquí está teniendo consecuencias tremendas. La última DANA nos ha dejado un ejemplo en Valencia. Los expertos nos dicen que va a más porque no le ponemos remedio suficiente a pesar de los esfuerzos que hacemos. Por eso precisamente se nos anima a reciclar materiales para darles segundas utilidades. También, y eso lo llevo haciendo desde siempre, se nos anima a ahorrar energía eléctrica apagando las luces que no utilicemos. Petición que me parece muy sensata, aunque no hubiera esa crisis del cambio climático.

Pero, he aquí que llega finales de octubre, cuando todavía faltan dos meses para Navidad y ya se están adornando las calles con las luces que van a iluminar nuestras ciudades. Y es tal la cantidad de bombillas (aunque sean led), que son motivo de turismo en algunas capitales como Madrid y Vigo, por citar solo las más famosas en este sentido.

El que a la gente de a pie se nos pida austeridad y, en cambio, los gobernantes hagan semejante despilfarro, da cuenta de lo que puede suceder en otros asuntos. Lo que considero grave es que no se dan cuenta de semejante incoherencia.

Por otro lado, lo que en realidad estamos celebrando es el nacimiento de nuestro Dios, que viene a compartir con la humanidad nuestras alegrías y nuestros sufrimientos y para indicarnos el camino para llegar al Padre. Pero Él no nace en medio de luces y ni siquiera en austeridad, sino en total pobreza. Porque ¿hay más pobreza que no ser admitido para nacer con dignidad y tener que hacerlo en un pesebre?

Esta semana he escuchado en las noticias que cada español vamos a gastar mil euros por persona en estas fiestas. Se supone que, si algunos vamos a gastar mucho menos, otros gastarán mucho más. Así que hemos convertido esta fiesta religiosa en algo que no tiene absolutamente nada que ver con lo que celebramos los cristianos.

Igual que para que algunos niños no se queden sin celebrar la fiesta de la Primera Comunión se organizan comuniones civiles, la fiesta de Navidad la hemos convertido en una fiesta comercial, donde la fe está ausente y los que se benefician son, especialmente, las grandes superficies.

Los que creemos en El Dios Con Nosotros tendríamos que reflexionar sobre cómo y qué celebramos en Navidad.

Un deseo para el próximo Año Nuevo: que seamos conscientes de que todos tenemos que aportar nuestro compromiso para bien común. De las personas y de la Creación.

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