La Peña Ferranca empata a uno contra el Zaidín CD gracias a los tantos de Samate y Marquina. El encuentro ha tenido lugar este domingo en el Municipal de los Deportes de Barbastro. Los chicos de Néstor Arilla llegaban al encuentro tras encadenar dos partidos consecutivos perdiendo. Hasta el momento, ocupaban la décima posición, y se enfrentaban al Zaidín, co-colista de la liga, que llegaba tras vencer la jornada pasada.
El partido comenzó a las 15:45 horas de una nublada tarde de domingo. Desde un primer momento, la Peña Ferranca dejó patente cómo iban a plantar cara al Zaidín. La solidez defensiva y el juego por bandas iban a ser dos aspectos fundamentales en el encuentro de los ferranqueros. Por su parte, el Zaidín trató de aprovechar los desajustes rivales para salir a la contra.
Pese a que durante gran parte del partido el dominio fue de los azules, los de Zaidín golpearon primero. Llegó en el minuto 18, cuando Samate ganó la partida a los centrales y se quedó mano a mano contra Ferrer. Al delantero rival no le tembló el pulso e introdujo el balón en las mallas. El Zaidín se adelantaba.
A medida que pasaba el tiempo, el partido empezó a emborronarse. Las faltas y las quejas por parte de ambos conjuntos no paraban de cesar. Poco a poco el tono comenzó a subir, pero el trío arbitral formado por Domingo, Dieng y Mallén no tomaron cartas en el asunto. De esta manera, el ambiente se fue caldeando poco a poco.
En el cuadro ferranquero, había un chico nuevo en la oficina, el cual debutaba. Aarón Marquina volvía a enfundarse la camiseta azul para representar a la Peña Ferranca en una segunda etapa. Además, lo hizo a lo grande. Llegó el minuto 63, y, tras una serie de rebotes en la frontal del área de Zaidín, Marquina probó fortuna y clavó el balón en la escuadra para poner las tablas en el marcador, apropiándose del mítico “Vine, miré, conquisté” de Julio César.
A partir de ahí, el encuentro entró en una fase en la que hubo más polémica que juego. Las constantes faltas, quejas y protestas marcaron la línea de estilo de la segunda parte. Por esta razón, el partido, en términos futbolísticos, fue escaso; sino que más bien fue una guerra de guerrillas. Ante tal situación, el colegiado del encuentro fue generoso con el tiempo añadido. La Ferranca lo intentó por todos los medios, pero no lograron meter ese gol que les habría brindado tres puntos.