El robo de la imagen de San Ramón de su hornacina de la calle Fornillos merece una reflexión acerca de la seguridad ciudadana en Barbastro. Por oleadas se suceden entradas en viviendas de todo tipo (unifamiliares, pisos), en busca, generalmente, de dinero en efectivo y joyas.
Existen zonas con grupos de vecinos que se alertan de cualquier movimiento sospechoso. A ello se unen episodios de pintadas en diferentes fachadas, públicas y privadas, y problemas de convivencia en ciertas zonas de Barbastro.
Sin duda, se trata de situaciones de seguridad ciudadana que se deben afrontar. Se conoce la secular falta de personal en cuerpos como el de la Policía Local y de la Guardia Civil que, en algún momento, habrá que intentar solucionar. Cabe aplaudir la iniciativa de la Diputación Provincial para financiar la mejora de los equipamientos de las policías locales. Pero de nada sirve dotarlos de más medios si no hay agentes para aprovecharlos.
También la DPH ha apostado por la instalación de cámaras de seguridad en las calles, ofreciendo ayudas a los Ayuntamientos para llevarla a cabo. Llama la atención que ciudades vecinas como Monzón dispongan de un centenar de ellas, mientras que en Barbastro no se sepa a ciencia cierta cuántas existen. Cierto que el Consistorio se encuentra entre quienes esperan la preceptiva autorización de la Subdelegación del Gobierno para instalar más.
Tal y como se encuentra la actualidad, esta medida ayudaría a mejorar la seguridad ciudadana. Estas cámaras, cuando funcionan bien, contribuyen a esclarecer delitos como el del robo de la imagen de San Ramón en la calle Fornillos. Y, de paso, actúan como elemento disuasorio para quienes se plantean comportamientos, ya no delictivos, sino tan solo vandálicos.