La Hospitalidad de Lourdes de la diócesis de Barbastro-Monzón ha finalizado su peregrinación diocesana a este santuario mariano francés. El nutrido grupo de componían 250 personas de Barbastro, Fraga, Monzón, Binéfar, Candasnos o Binaced entro otras poblaciones encabezadas por el obispo Ángel Pérez.
Un año que para la Hospitalidad de Lourdes cobraba un significado muy especial al cumplirse 25 años de la primera peregrinación. Una efeméride que se señaló con la bendición del nuevo estandarte y una misa baturra. Asimismo, el obispo diocesano encabezó el Rosario de Antorchas, uno de los actos más emblemáticos del programa.
Tres días cargados de emoción en los que enfermos, hospitalarios, voluntarios y el sacerdote consiliario José Mª Ferrer, compartieron la alegría de la fe y la experiencia renovadora que transmite visitar a la Virgen de Lourdes.
Desde la Hospitalidad han escrito estas palabras al finalizar la peregrinación: “En general, nos quedamos con la gratitud y fortaleza de los enfermos, con esas sonrisas cómplices que no necesitan palabras. Con miradas peregrinas que no saben de idiomas pero que conectan almas. Pero en este 2022 nos llevamos algo mucho más valioso para todos: la valentía de los peregrinos”.
«Este es un año muy especial para nosotros», ha reconocido el presidente de la Hospitalidad Diocesana de Nuestra Señora de Lourdes y responsable de Pastoral de la Salud, José María Sistac, la participación de 32 jóvenes, entre scouts y voluntarios, que asisten, ayudan y acompañan a los más mayores y enfermos a lo largo de estas jornadas. En la peregrinación, explica, «nos recargamos las pilas.