Cualquier persona mayor, al cumplir 75 años, piensa que todavía le queda una vida por vivir. Nos aferramos a ella con optimismo porque la vida es un preciado botín. Sólo el hecho de acercarnos a la montaña se convierte en el mejor motivo para amar la vida.
Festejar los 75 años de un Club como el nuestro propicia un momento culminante para unir más si cabe a los compañeros que gestionamos esta agrupación que es de hecho una familia. Nunca dudamos en echar la vista atrás para recordar uno a uno a quienes nos dejaron pero marcaron el camino y abrieron huella durante décadas en cada excursión y en cada escalada.
Estamos viviendo un año con eventos extraordinarios y precisamente este sábado 27 de julio de 2024, la jornada más cercana a ese 25 de Julio (de 1949), tenía que ser especial. Comenzábamos con un plato fuerte al recibir a los corredores del reto que llegaba puntuales al mediodía desde el Aneto. 28 horas de brega corriendo o caminando a paso ligero se veían en sus rostros que aún con todo, reflejaban gratitud por el caluroso recibimiento.
Seguidamente en tan sólo una hora subíamos doscientos metros para descubrir la placa- callejero del número 75 de la Avda. Pirineos.
Una comida de reencuentros
Estos actos eran un preámbulo a la comida del Gran Hotel. A Montañeros de Aragón, nuestro querido club, se le ve gozar de una salud envidiable y como prueba de ello sólo había que observar las mesas que reunían a 138 comensales. Hubo muchos reencuentros con la mejor sonrisa dibujada en los rostros al abrazar a los viejos compañeros de aventuras.
La lista de entidades que se unieron a esta fiesta fue larga: La FEDME y la FAM, además de clubes como Montañeros de Aragón de Zaragoza o Peña Guara de Huesca acompañaban a las autoridades locales y comarcales, todos sentados junto al presidente José Masgrau y la vicepresidenta Carmen Guardia.
La mesa de los más veteranos provocaba un sentimiento de gratitud pues eran los maestros y la primera de las cuatro últimas generaciones del club.
Los hermanos de Tarbes agradecían sorprendidos la acogida que una vez más les dispensábamos al igual que los clubes de Monzón, Graus, Boltaña, Aínsa, Club turolense de Javalambre y “Más que pasos” de marcha nórdica de Zaragoza desde donde habían acudido presidentes o directivos.
Reconocimientos
La comida quedó en un segundo plano cuando los premiados se acercaron a José y quienes le ayudaron en la entrega de placas. Cada premiado tuvo sus palabras espontáneas para un agradecimiento en el que tanto nuestras queridas cuatro últimas secretarias como representantes de MAZ y CAF de Tarbes respondieron además con una sonrisa a tanto cariño como llovía sobre ellos.
Digo que sonreían todos ellos pues enfrente, muchos micrófonos, cámaras y objetivos les apuntaban desde los medios periodísticos de la ciudad. Nuestra gratitud hacia los compañeros de la prensa es merecida y estas palabras son un mero resumen de sensaciones ya que las crónicas que se han publicado hoy domingo explican con todo lujo de detalles cada minuto de un sábado más para rebosar de alegría en torno a la familia montañera de la ciudad.
Tras la pausa de agosto retomaremos las actividades en septiembre y esperamos que para noviembre tengamos listo el libro con la historia del club. Una historia que se ha escrito domingo a domingo en andadas por cada rincón del Pirineo que tan cerca vemos con solo subir al Monasterio del Pueyo.
Hubo quien lanzó la propuesta de volver a juntarnos para celebrar el centenario. Largo lo fiaban pero como amamos tanto la vida….
