Montañeros de Aragón de Barbastro organizó una ruta de otoño en Salas Altas de senderismo que congregó a un nutrido grupo de participantes en colaboración con el Ayuntamiento de Salas Altas,. La excursión tuvo lugar en una zona principalmente llana y de recorrido circular que atravesó los municipios de Salas Altas y Salas Bajas, permitiendo a los asistentes disfrutar de un entorno natural de viñedos y cepas casi desnudas, teñidas de tonos ocres y amarillentos.
El evento, bajo el lema “Deporte para todos”, reunió a 25 marchadores habituales del club, quienes se unieron a un numeroso grupo de vecinos de la zona que acudieron a la convocatoria en gran número. Agustín Rufas, guía de la excursión, recordó a los asistentes que el objetivo era disfrutar de un paseo relajado, sin prisas: “Esto no es una carrera, vamos a dar un paseo caminando de forma suave”, indicó al inicio de la ruta.
Un terreno húmedo
Las condiciones del terreno presentaron algunos retos debido a las lluvias de la noche anterior, que dejaron el suelo embarrado y dificultaron el avance en algunos tramos. Los participantes debieron caminar con precaución para evitar los charcos en las zonas agrícolas, visiblemente afectadas por el reciente mal tiempo. Sin embargo, conforme avanzaban los kilómetros y el sol ganaba intensidad, muchos de los senderistas decidieron despojarse de sus chaquetas, aprovechando un clima templado que evocaba una jornada veraniega.
La diversidad de los participantes reflejó el espíritu inclusivo de la actividad, con asistentes de todas las edades, entre ellos una mujer de 89 años que caminó de forma constante y precavida, así como una familia alemana con niños pequeños, quienes aportaron entusiasmo y alegría al recorrido. En total, cerca de un centenar de personas disfrutaron de esta jornada en la naturaleza.
La organización, valorada positivamente por los asistentes, dispuso balizas en cada cruce para guiar a los marchadores y proporcionó un coche de apoyo en caso de que alguien necesitara asistencia durante los diez kilómetros de la ruta. La caminata comenzó a las diez de la mañana y se extendió hasta la una de la tarde, durante la cual los participantes disfrutaron de un “oasis templado” en un mes marcado por el clima inestable en la región del Somontano.
Al regresar al punto de partida, los marchadores fueron recibidos con una comida, donde pudieron degustar paella y carne a la brasa, en un ambiente de amistad y hermandad que marcó el cierre de esta jornada de senderismo otoñal.