Barbastro

José Ignacio Escudero: «No debemos olvidarnos de la historia del antiguo pueblo de Mediano»

El pasado 30 de abril, en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, el escritor presentó su novela ficticia ‘Escúpele al pantano’ ambientada en la inundación del antiguo pueblo de Mediano

El escritor José Ignacio Escudero, descendiente de Barbastro, posa junto a la torre de la Catedral. Foto: Cristina Lanau
Cristina Lanau Carpi Lanau Carpi
15 mayo 2024

El pasado 29 de abril se cumplieron 55 años de la inundación del pueblo de Mediano, en la comarca de Sobrarbe. El escritor José Ignacio Escudero recuerda este episodio de la historia con su nuevo libro Escúpele al pantano. Hace unos días, Escudero visitó Barbastro para presentar esta novela, de la mano de Librería Castillón, en el Museo Diocesano. Una presentación en la que se escucharon los ecos del pasado.

¿Cómo despertó su interés por la historia de Mediano? 

Surgió a raíz de una asignatura de mi carrera en la que debíamos realizar un cortometraje. Yo decidí que quería hacerlo sobre los pueblos abandonados. Junto con dos compañeros más viajamos hasta Sobrarbe y visitamos varios de ellos. Pero llegué a Mediano, vi la iglesia sobresalir del pantano y esa imagen se me quedó grabada. 

Y de ahí a escribir un libro.

Previamente había escrito algún artículo, pero nunca una novela. Y decidí aventurarme con la historia de Mediano. Me documenté con diferentes libros, alguna obra audiovisual y algún programa de televisión, pero sobre todo me busqué la vida para encontrar a gente que había vivido ese episodio a través de conocidos de la zona. Hablé con varios supervivientes y fui obteniendo toda la información que me llevó a poder escribir la novela de una manera documentada.

Su libro se trata de una novela de ficción.

Efectivamente, consiste en una novela de ficción basada en el suceso que ocurrió, pero absolutamente todos los personajes son ficticios. De hecho, cuando me entrevisté con los antiguos habitantes de Mediano les pregunté si existían vecinos con el nombre que había elegido para mis personajes para que no se pudiera confundir con la historia real. 

¿De dónde obtuvo las ideas para la creación de los personajes? 

Tenía claro que el personaje principal debía haber vivido en Mediano y emigrado de su pueblo por la inundación. A partir de allí se me ocurrieron sobre la marcha. También me inspiré, por ejemplo, en algunas figuras de mi pueblo, como el loco, o en personalidades más costumbristas de un pueblo de los años 60 en España, como el cura, el alcalde, etc. La creación de los personajes se trata de la parte divertida crear una novela.

¿Por qué ese título?

Escúpele al pantano consiste en una frase de una canción de José Antonio Labordeta titulada Carta a Lucinio. En ella, Labordeta habla sobre los pueblos afectados por los pantanos y en una estrofa dice: “escúpele al pantano y a quien lo hizo, que nos quitó la tierra, casa y panizo”. Esa frase me pareció muy potente y considero que refleja muy bien la dureza de la historia de esos pueblos. Por este motivo decidí que mi libro debía llamarse así.

¿Cómo fueron los encuentros con los antiguos vecinos?

Para mí se trata de una de las experiencias más interesantes de mi vida. Han pasado 55 años desde aquel suceso y en los corazones de los antiguos habitantes todavía descubres dolor. Para ellos supuso una experiencia muy traumática porque tuvieron que abandonar su hogar, sus raíces y emigrar; algunos de ellos a muy temprana edad. Eso me ha marcado mucho porque una cosa es leer un libro, y otra muy distinta que te lo cuenten las personas que lo sufrieron.

¿Qué es lo que más le ha impactado de estas historias?

Muchos coincidieron en que cuando se estaba construyendo la presa, la vida en el pueblo aumentó. El motivo principal residía en que los obreros, más de 300, se instalaron allí, por lo que hacían vida en él. Asistían a los bailes, al bar… Eso suponía una paradoja porque los que producían ese crecimiento de Mediano, eran los que edificaban el final del mismo.

¿Qué sentimiento le invade cuando visita el pantano?

El verano pasado, que bajó bastante, tuve la oportunidad de acercarme, pero no lo suficiente como para visitar la torre y las ruinas del pueblo. Una pena, pero casi prefiero no verlo porque me produciría muchísima tristeza. 

Los riesgos en los pueblos del Alto Aragón no han terminado. 

Nos pensamos que los pantanos quedan en el pasado, pero ahora existen otro tipo de amenazas como las placas solares o los molinos de viento, que los plantan donde quieren y muchas veces afectan al paisaje y a los municipios. 

Defiende que no debemos olvidar la historia de Mediano. 

Hoy en día en Aragón vivimos muy bien, pero no debemos olvidarnos nunca de los que sufrieron hace 50 años aproximadamente para que nosotros pudiéramos vivir mejor.

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