No ha habido un buen resultado deportivo en el Mundial Junior de Kickboxing que se ha celebrado en Jesolo (Italia). Pero el orgullo y la satisfacción de ser el primer junior (16 a 18 años) de Aragón que participa en una competición de estas características llena de orgullo al joven Mohamed Amine El Hamdani.
Mohamed Amine entrenó desde el mismo momento en que se enteró de que iría al Mundial. Fue después de participar en la concentración nacional en el CAR de Madrid. Llegaba ahí con méritos: campeón de España en la modalidad de Pointfight y subcampeón en Ligth Contact, en la categoría de menos de 57 kg. “Fui subcampeón porque una lesión me impidió llegar a la final”, puntualiza.
Pero los entrenamientos han sido duros. El Hamdani acaba de empezar sus estudios universitarios en Zaragoza, pero no ha podido entrenar ahí. “Encontré un club que forma parte de la Federación Española, pero no comenzaba a entrenar hasta mediados de septiembre”.
Esta circunstancia le obligó a mantener su vida estudiantil en Zaragoza por las mañanas y regresara a entrenar en Barbastro o Binéfar (según el calendario de entrenos) por las tardes. “Han sido bastantes kilómetros y lo he notado en el Mundial. El no estar al cien por cien físicamente, ni tampoco mentalmente, con tantas cosas en la cabeza”, explica.
Y sin embargo, valora la experiencia en el Mundial como “irrepetible y única”. “He podido representar a mi pueblo natal, Barbastro; mi comunidad autónoma, Aragón, y el país en el que he nacido, España. Es un orgullo total”, afirma.
No por ello deja de sentirse “un poquito decepcionado. No he podido dar el cien por cien. Creo que lo podría haber hecho mucho mejor con una mayor preparación física. Pero me llevo una experiencia irrepetible que no todos pueden tener”, remarca.
El Hamdani ha formado parte de la expedición de 40 deportistas de Kickboxing de toda España. Afirma que se ha enfrentado a oponentes “mucho más experimentados, que no era su primera competición internacional”.
Por todo ello, cuenta que su entrenador, Carlos Alcoba, le ha transmitido también “su orgullo por haber llegado al máximo evento, que es un mundial”, añade.
Ahora, seguirá compaginando los estudios en Zaragoza con los entrenamientos, que hará en Barbastro “los días que pueda”. Por delante, un par de competiciones que, junto a su entrenador, valorará para asistir o no. Por delante, una nueva categoría, la senior o absoluta que será un nuevo reto para él.
