Este viernes, la barbastrense María José Buisán Giral, va a ver reconocido su trabajo en Madrid. Ella trabaja en la Farmacia de Atención Primaria del Sector Barbastro. Y junto a su compañera homóloga en el Sector de Alcañiz, Arantzazu García Colinas, reciben un premio por su práctica con la medicación de pacientes diabéticos con enfermedad renal.
En concreto, su práctica se denomina Adecuación de la prescripción de antidiabéticos no insulínicos en pacientes diabéticos con enfermedad renal crónica en los sectores de Alcañiz y Barbastro. Ambas farmacéuticas, apoyadas por los médicos de atención primaria, han estudiado el impacto de las dosis administradas de estos fármacos. El objetivo, evaluar la adecuación de la medicación y promover la correcta dosificación.
El estudio
En su estudio, Buisán y García han trabajado con una población de casi 11.000 pacientes diabéticos en una población de 180.000 personas. De estos, el 24’5 por ciento sufren a la vez Diabetes Mellitus II y una enfermedad renal crónica.
Tras el estudio, han constatado que el 18’1 por ciento de estos pacientes no reciben la dosis adecuada o está contraindicada con al menos un fármaco antidiabético no insulínico. Además, el 10’1 por ciento también tiene algún medicamento más con inadecuación de dosis o contraindicación.
El trabajo partió de la constatación del número de pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) junto a otras enfermedades. El 9’16 por ciento de la población adulta sufre algún grado de ERC y otras enfermedades con las que, a menudo, se presenta asociada: diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Este porcentaje aumenta de forma progresiva con el envejecimiento y alcanza el 20’6 en mayores de 64 años.
Un último dato, el equipo de médico/enfermera acepta las recomendaciones dadas en el 61’1 por ciento. De este modo, las farmacéuticas han llegado a la conclusión de que se puede mejorar la seguridad del paciente. ¿Cómo? Recordando los límites en la prescripción de los fármacos antidiabéticos no insulínicos que impone la función renal.
Antecedentes del estudio
En Atención Primarria es frecuente tratar a pacientes diabéticos muy ancianos con una función renal ya deteriorada; bien por la evolución de la enfermedad, bien por los años de vida acumulados.
El grado de severidad de la enfermedad renal crónica influye en el todo el proceso del fármaco en el paciente: su absorción, distribución, metabolismo y eliminación. Por tanto, también influye en la eficacia o en los efectos adversos, incluida la toxicidad renal. Por todo ello, padecer una ERC es una cuestión relevante a la hora de abordar la medicación en pacientes crónicos.
Por eso, se vio que la adecuación en la prescripción de medicamentos en la ERC puede contribuir a disminuir su progresión y la morbimortalidad asociada.
Este proyecto se incluyó en los Contratos Programa de 2019-2020 de los Sectores Barbastro y Alcañiz. Y así se trabajó en mejorar la seguridad del paciente a través de un uso seguro de los medicamentos.
El premio
Este viernes se celebra el Día Mundial de la Seguridad del Paciente. Para ello, el Sistema Nacional de Salud ha impulsado una jornada científica para conocer las mejores prácticas puestas en marcha en España para fomentar el uso seguro de los medicamentos.
En este contexto ha sido premiada la práctica de los Sectores Barbastro y Alcañiz con pacientes diabéticos con enfermedad renal crónica. María José Buisán y Miren Arantzazu García recibirán el reconocimiento de manos de la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
La jornada tiene lugar en el salón de actos Ernest Lluch del Ministerio de Sanidad. De este modo, el Ministerio se une a la campaña de la Organización Mundial de la Salud para respaldar la seguridad de los pacientes como una prioridad de la seguridad global.
