Es interesante compartir los comentarios de los periodistas con los que pude visitar recientemente y sin calma Barbastro, Alquézar, Bodega Pirineos, Torreciudad, Ligüerre de Cinca, Morillo de Tou, Boltaña, Aínsa, Roda de Isábena y Graus. La visita de un fin de semana fue organizada por la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón e impulsada a raíz de FITUR 2023.
Con un programa apretado y que dejó para otros viajes puntos de indudable interés, esta prensa especializada llegó a varias conclusiones, que me alegra destacar cuando leo la importancia creciente del turismo familiar, según señala María Morera. Se trata de un logro derivado de la adhesión en 2019 de la Comarca del Somontano al Sello de Turismo Familiar.
La calidad del patrimonio sería la primera nota, advertida en la primera y en la última visita, como fueron las catedrales de Barbastro y Roda o en la iglesia de Santa María de Aínsa. También cascos históricos muy bien cuidados y mostrados con una gran profesionalidad, la que tienen las diversas empresas de guías que trabajan en la zona.
Se suma a lo que el hombre ha recibido en la naturaleza: la huella humana, su esfuerzo y su inventiva, unidos al cuidado que exige el medio ambiente. Se da por tanto un precioso complemento que me lleva a pensar en otra complementariedad, la que pueden ejercer todos cuantos cuidan e impulsan esos atractivos, es decir, la integración, las sinergias, la oferta conjunta y complementaria de los recursos. Al margen de colores políticos, vimos la coincidencia de objetivos y las ganas de trabajar y de innovar de todos los alcaldes.
Vemos como cada sector trabaja a fondo en su parcela y puede ir de la mano de los demás, porque al final los objetivos coinciden y es necesario sumar, contando con todos, ya que no sobra nadie. Además la competencia que ofrecen otras comunidades es enorme y los recursos naturales están muy repartidos. Tener cariño a lo nuestro y ofrecerlo con orgullo es compatible con ser conscientes de que la belleza está muy repartida y que por tanto hay que trabajar mucho para distinguirse y multiplicar unas visitas que están muy cortejadas.
Es una suma y coordinación de esfuerzos que merece una naturaleza en su máximo esplendor, como las pasarelas del Vero. La pujanza de la DO Somontano, la fuerza de los paisajes, la tranquilidad de las aguas de los embalses, la vida cultural, las actividades de verano, etc., ofrecen oportunidades que urge impulsar desde instancias locales, comarcales y provinciales. La gastronomía local unida a intangibles como la luz, los colores, el silencio, las tormentas, son razones poderosas para venir a estas rutas del Somontano, Sobrarbe y Ribagorza.
Como siempre, las personas son la clave. Tanto los alcaldes que nos atendieron (Barbastro, Alquézar, Boltaña, Aínsa, Roda de Isábena) como técnicos y concejales, todos son gente comprometida con el territorio, que apuestan por la empleabilidad y la sostenibilidad para luchar contra la despoblación y lograr un entorno atractivo para autóctonos y visitantes, sin perder sus señas de identidad.
Un vecindario impulsado por concejos que promueven iniciativas de todos los tamaños, como la almazara de Boltaña, el Eco-museo de la fauna pirenaica y el Espacio del Geoparque de los Pirineos en Aínsa o el museo Era de Vicén, en Roda de Isábena. También ejemplos de recuperación del territorio en Ligüerre de Cinca y Morillo de Tou que se han convertido en focos de empleo sostenible a lo largo de todo el año.
En definitiva, unas comarcas que están trabajando en la promoción de cada foco, cuya calidad pide promoción conjunta para ese turismo familiar que sigue creciendo y que necesita el diseño de rutas y actividades que resulten inolvidables y útiles para sus usuarios.