José María Orús Ruiz es desde el pasado 1 de abril el nuevo presidente del Comité de Ética y Transparencia de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada. Montañero barbastrense de cuna, Orús recuerda su adolescendia con cariño junto a sus amigos en las laderas y resalta la «gran afición» por la montaña de la que ha presumido siempre Barbastro.
El nombramiento como nuevo presidente del Comité de Ética se realizó en Junta de la Federación Española de Montaña el 1 de abril. Posteriormente se incorporaron el resto de miembros del Comité entre los que se encuentra su amigo y compañero José Hernán Cortés.
¿Cómo surgió la posibilidad?
– Con el actual presidente de la FEDME, Alberto Ayora, veníamos contando como ponente en las Jornadas de Derecho y Montaña, que organiza el Colegio de Abogados de Huesca. Fruto de esta colaboración se estableció un estrecho contacto tanto con Alberto Ayora como con una parte importante de su equipo. Ahí es donde surgió la idea de la creación del Comité de Ética y Transparencia y el encargo de ocupar la presidencia.
¿De qué se ocupa el Comité de Ética y Transparencia de la FEDME?
– El Comité de Ética y Transparencia de la FEDME es un órgano consultivo que debe pronunciarse sobre todas aquellas cuestiones que sean sometidas a consulta. Se trata de emitir un dictamen sobre si determinadas conductas, decisiones, acuerdos u otros actos se adecúan a los principios éticos del deporte.
Las pautas que sigue ese comité, ¿quién las marca? Un organismo internacional, el Consejo Superior de Deportes…
– Efectivamente, el Consejo Superior de Deportes estableció un código ético para todas las disciplinas deportivas españolas que recoge, a su vez, los principios ético-deportivos del Consejo de Europa y Comité Olímpico Internacional. El respeto al adversario en la competición, la honestidad, el compromiso con el honor y la lealtad en el ejercicio deportivo, el fomento de la solidaridad entre deportistas y el fomento de valores entre los jóvenes montañeros son algunos de los principios generales y pautas que debe vigilar el comité.
Además de ello, el Comité ha de velar por que la actividad de la Federación y las actuaciones de todos sus miembros sean acordes con dichos principios y transparentes para los Federados y la sociedad en su conjunto.
¿Dónde nace su vinculación con la montaña?
– Mi amor por la montaña la viví ya desde pequeño viendo preparar la mochila a mi hermano Ángel Orús y disfrutando con el relato de sus excursiones. Sin lugar a dudas fue él quien nos inició a muchos en la montaña. Aunque su inesperado adiós nos dejó muy solos, la familia de Montañeros de Aragón de Barbastro supo rehacerse y seguir su ejemplo.
¿Recuerda cuándo fue la primera vez que la pisó?
– Recuerdo perfectamente en mi adolescencia las tardes de verano escalando en Valcheladas con Ángel y su amigo Miguel Ardanuy, las excursiones con Pedrito Solana, los hermanos Masgrau, el Cura Pedro, Manolón, nuestra querida Isabel Girón… Y tantos otros. La verdad es que la montaña en Barbastro ha tenido una gran afición que puede presumir de ser un ejemplo de valores éticos, compañerismo, solidaridad y respeto a la naturaleza.
¿En qué momento está ahora el deporte que tiene que ver con la montaña?
– Los deportes de Montaña están teniendo un gran auge. No es difícil encontrarte con mucha gente en sitios donde antes era extraño cruzarse con nadie. Que haya afición es una gran noticia, aunque en muchas ocasiones se echa en falta el que la gente tenga más formación, conocimiento del entorno, prudencia… Creo que los Clubes de Montaña son imprescindibles en la transmisión de esa formación y esos valores y, a veces, a las nuevas generaciones les gusta más ir por libre aunque ello entrañe más riesgos.
Ha habido mucha polémica con la nueva ley que limita a los monitores para dirigir actividades a usuarios en las montañas y ahora esos monitores necesitan una formación específica que a veces no pueden conseguir. ¿Qué opinión tiene al respecto?
– La sociedad de hoy en día tiene una cierta tendencia a la demasía en la regulación. Es importante que los monitores profesionales tengan una adecuada formación y que la misma sea homogénea en toda España y accesible a todos aquellos que quieran dedicarse profesionalmente a ello. Sin embargo, el papel del guía benévolo se está dejando de lado. No hay que olvidar que las canteras de los clubes se han hecho siempre gracias al trabajo y al esfuerzo desinteresado de muchos guías benévolos. Soy un firme defensor de los clubes de montaña.
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