Charlamos con Belinda Pallás, concejal de Desarrollo del Ayuntamiento de Barbastro, sobre el 60 aniversario de FERMA y el futuro ferial de la ciudad.
¿Hay espacio para algún tipo de celebración?
– Sí, hemos organizado una exposición en el Centro de Congresos para poner de manifiesto lo que han sido las seis décadas de historia de FERMA. Podremos ver lo que han sido 60 años con bastantes curiosidades, carteles, con folletos, con fotografías. La comisaria es María Maza y el material proviene de cesiones de Rafa Torres y Manuel Rodríguez y del archivo municipal de la feria.
Cuando entraron en el Ayuntamiento ya tenían en mente cambiar el modelo ferial. ¿Esta FERMA es fruto de esa idea o de la pandemia?
– Hay un poco de todos. Estábamos trabajando en el reposicionamiento del certamen a nivel multisectorial, pero la pandemia nos obligó a reinventarnos. De ahí surge la idea de deslocalizar algunas de las actividades propias de FERMA, acercarlas más a la ciudadanía e integrarlas dentro de la ciudad; por ejemplo, FERMA Stocks.
Yo quería volver al recinto ferial; por eso este año modificamos las tasas de las ordenanzas fiscales de expositores para ayudar a las empresas. Así, FERMA Mobility, que el año pasado se hizo en la zona de las Huertas, vuelve al recinto ferial. Un recinto en el que estamos trabajando para retomarlo también como espacio para la organización de eventos. Pero estas instalaciones no se prestan para propuestas como FERMA Innova y por eso lo reconducimos al Centro de Congresos.
Seguimos trabajando en esos objetivos iniciales, en ese reposicionamiento del certamen, en buscar la especialización y profesionalización. Queremos que las ferias sean experiencias para el visitante y con la apuesta de este año de FERMA Shopping Experience, estamos trabajando en ese sentido.
¿Así que la pandemia ha ayudado a llevar a cabo algunas de las ideas que tenían sobre la mesa?
– Exactamente. Cuando pasó la pandemia, yo tenía muy claro que quería celebrar la feria; había que buscar el formato y la manera. Se estudiaron qué actividades se podían implementar y cuáles era imposible. El año pasado se puede decir que salvamos los muebles.
Maquinaria agrícola y ganadería fueron dos ejes imprescindibles muchas ediciones. ¿Tiene sentido mantener este sector en FERMA?
– Maquinaria sí hubo en 2019 y este año hay algo, quizás no mucho… No digo que el año que viene, si las circunstancias mejoran, no se pueda retomar. En esta zona hay muchas viñas y es un sector que queremos darle importancia. En el sector de la ganadería habría que buscar otros formatos, ver qué podría ser interesante; es el más complicado de retomar.
Ahora es el comercio el eje central de FERMA.
– Sí, con FERMA Stocks y FERMA Shooping Experience, se trata de que los comercios hagan demostraciones, degustaciones de productos, jornadas de puertas abiertas, talleres, reuniones con expertos… Transmitir al cliente esa experiencia y es lo que pretendemos en ferias: crear experiencias en los visitantes.
¿Qué papel juega la digitalización en este 60 aniversario de FERMA?
– Hemos visto la evolución a lo largo de estos 60 años. Sí es verdad que la pandemia agilizó todo el proceso. El año pasado, FERMA Innova, por primera vez, fue presencial y virtual y creo que esto llegó para quedarse. Tenemos que potenciar la digitalización. Y estamos trabajando en inversiones en el Centro de Congresos para adecuarlo. FERMA Innova tiene mucha importancia, porque mostramos empresas innovadoras con ejemplos exitosos.
¿Tiene pues, una buena acogida FERMA Innova y FERMA Exporta?
– FERMA Exporta es el nombre que le damos a las misiones comerciales inversas que se venían haciendo, aunque estaban muy enfocadas al sector agroalimentario. Este año se ha abierto al sector industrial, con una duración de casi seis meses y en formato virtual. Están más de 150 empresas que pueden beneficiarse de estos servicios de internacionalización de la Cámara de Comercio de Huesca. Le hemos dado más importancia este año.
Otras ferias
FERMA es la punta de lanza de Barbastro como ciudad ferial, pero ha habido otras ferias. ¿Cuál es la apuesta para el futuro?
– FERMA es la feria más emblemática y tenemos que seguir trabajando en ella, en ese reposicionamiento. Estuvimos dudando de si tenía que ser multisectorial o especializarnos en un sector. Después de aterrizar y tomar contacto, vi que lo más importante es que tenía que ser multisectorial. Son varios los sectores que tienen importancia dentro de la feria: comercio, industria, automovilismo, sector agroalimentario, innovación…
Entonces, más allá de FERMA…
– Sí, tenemos el Desván, que también celebramos el año pasado a pesar de las circunstancias. Fue una apuesta arriesgada, pero nos lo demandaban y se vio que era un acierto. Estamos trabajando en mejorar este certamen. También tenemos el Salón Eventos, que es lo que sería la evolución de Salonovios, diversificado y con más importancia de la promoción turística del territorio. El año pasado y este ha resultado complejo ponerlo en marcha. Pero tenemos algunas ideas y estamos viendo cómo lo enfocamos. Es la asignatura que tenemos pendiente. También hicimos antes de la pandemia, en diciembre, la Feria del Diseño, que el año pasado no pudimos.
Hemos tenido que centrar esfuerzos en las que creímos que teníamos que pujar, como FERMA, con 60 años, con la capacidad de resiliencia que en todo momento ha mostrado.
A la Candelera le hemos dado una vuelta, era un espacio expositivo de puestos y este año hubo recreación histórica, animación, le hemos dado una impronta diferente. Se trata de ver, en la medida de lo posible, cómo mejorar cada una de esas ferias.
Barbastro ha sido de las pocas localidades que ha mantenido calendario ferial.
– Sí, creo que las hemos mantenido casi todas. Hemos creído que había que ser valientes; la administración tiene que pujar, sirve para fomentar la economía local y por eso hemos programado adaptándonos a las circunstancias.
En la Asociación Aragonesa de Ferias decidimos que no empezara a programar hasta el mes de junio. Para algunos municipios era muy complicado y pospusieron sus ferias a 2022. Nosotros sólo nos aventuramos con la Candelera, porque había que hacerla en fecha. Todas las ferias que se celebraron en el primer semestre del año fueron virtuales; quizás la única que tuvo actividades presenciales fue la Candelera. El Desván pasó de abril a octubre, como este año. Es complicado porque se solapan todos los eventos de junio a diciembre. Por eso hemos dado más importancia a unos y, en un momento dado, hemos sacrificado otros.