Reducidas a chatarra 608 armas incautadas por la Guardia Civil en la provincia de Huesca. Efectivos de la Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Huesca, trasladaron esta semana pasada un total de 608 armas de todas las categorías, hasta una empresa siderúrgica, donde fueron destruidas a través de un proceso de fundición.
Entre las armas destruidas había 305 escopetas, 45 rifles y 69 pistolas. Además de 29 revólveres, 34 carabinas de aire comprimido, 1 ballesta y 88 armas blancas. Y el otro tipo de objetos considerados peligrosos para la seguridad ciudadana. Todas estas armas se encontraban depositadas entre Huesca, Monzón, Graus, Jaca y Fraga.
Esta destrucción se enmarca en el Plan Integral de Control de Armas de Fuego (PICAF). De esta forma se cumple la legislación nacional de la Unión Europea y al protocolo de Naciones Unidas contra la fabricación y tráfico ilícito de armas de fuego.
De manera periódica, la Guardia Civil de Huesca, procede a la destrucción de todas aquellas armas que han sido intervenidas por estar implicadas en actos ilícitos, penales o administrativos. También se incluyen aquellas cuyos titulares han cesado en el derecho a la tenencia y uso, y no les han dado otro destino legal. Todo esto sucede una vez realizados los trámites pertinentes y cumplidos los plazos de depósito establecidos,
Con este plan de control, se pretende prevenir el tráfico ilegal de armas de fuego. Así como la no recuperación de las armas inutilizadas, la no transformación en armas de fuego de las armas detonadoras o las de aire o gas comprimido. También evita la fabricación artesanal de artilugios capaces de disparar cartuchería real.
