El Arca de Santi es la protectora de animales de Monzón que cuida a los perros y gatos abandonados. El Grupo Ecologista del Somontano es un grupo de personas que vieron la necesidad de concienciar sobre el medio ambiente. Ambos, son dos ejemplos de agrupaciones que cuentan con voluntarios cuyos objetivos son “muy enriquecedores” y “llenan de satisfacción” cuando ven cumplidos sus cometidos con la sociedad.
«Cuando los perros te miran a los ojos, te lo dicen todo»
Fundada en 1995 en Monzón, El Arca de Santi nació para proteger y dar una nueva vida a los animales y evitar los malos tratos que sufren. Recogen, en su mayoría, perros y gatos abandonados, les dan atención veterinaria, les ponen un chip, los esterilizan y los acogen en su ‘Centro de Protección Animal’ en el polígono industrial Las Paúles hasta que encuentren un hogar. El Arca toma el nombre de Santi, un joven colaborador cuyo amor y respeto por los animales le llevó a pagar el más alto precio por salva a su fiel perro que había apadrinado.
En ese sentido, Lidia Pérez considera fundamental la labor de los voluntarios. “Tenemos la satisfacción de que salvamos vidas. Cuando los perros te miran a los ojos te lo dicen todo. Más que muchos humanos. Los sacamos de la calle, de una muerte segura. Literalmente salvamos sus vidas para encontrarles un hogar con familias que los cuiden”, explica. Sin embargo, ha notado un descenso de interesados en ser voluntarios.
“Cuando fundamos la protectora éramos más personas que ahora. Hemos ido disminuyendo.. No quieren ser voluntarios. Eso de sacrificar tiempo y a veces dinero…. No sé qué ocurre que ahora no acude la misma gente que antes”, indica. Por otro lado, destaca que cada vez son más los casos de animales con pocos meses de vida abandonados en contenedores o en cajas. “Por nuestras manos han pasado miles de perros, pero hacemos lo que podemos. Lo que pedimos es que quien adopte esté en condiciones para mantener al animal”, señala.
«Nuestros objetivo es concienciar sobre el medio ambiente»
Desde hace unos años, la sociedad ha experimentado un gran cambio en materia medioambiental. Con acciones de las altas esferas hasta pequeños grupos locales con el mismo objetivo: reducir la contaminación en el medio ambiente. Es el caso del Grupo Ecologista del Somontano.
“La idea era crear un grupo local independiente sin pertenecer a otras asociaciones. Nuestros objetivos se basan en la concienciación sobre la protección del medio ambiente. Tenemos diferentes líneas de acción”, explica Cathy Martínez, co-fundadora del Grupo Ecologista del Somontano. Lo forman 18 miembros activos pero su lista de difusión alcanza las 80 personas.
Indica Martínez que muchos de ellos son socios de Cruz Roja u otras ONGs, “pero simplemente hemos visto la necesidad de hacerlo en Barbastro porque nadie se estaba moviendo”. La recuperación de espacios naturales hasta ahora usados como escombreras, el cuidado de estanques y árboles, acciones de kilómetro cero y residuos cero, son, entre otras, los aspectos en los que trabajan estos ecologistas.
“Podemos reivindicar acciones pero son las instituciones las que tienen que tomar las decisiones. Impulsamos acciones a modo de concienciación pero son los de arriba los que tienen que ejecutarlas”, reconoce la voluntaria. Asimismo, asegura que “nos va a pillar el toro” porque “se habla constantemente de economía circular, pero realmente estamos al final de esta nueva economía”. Solicita más rapidez en poner nuevas medidas ecológicas a nivel empresarial y ciudadano.