El barbastrense Samuel Olivera ha obtenido el segundo puesto en la categoría benjamín en el XXXIV Certamen de Jota Aragonesa del Pilar, el concurso más importante de la jota en Aragón. Ya habíamos escuchado el nombre de esta joven promesa de la jota aragonesa antes. En enero de este año, Samuel Olivera ganó el primer premio en canto benjamín masculino en el Certamen Nacional de Jota de Huesca. Y ahora suma otro reconocimiento a su palmarés.
Un premio del que tanto Samuel Olivera como su profesor, José Luis López, de la Escuela de Folklore “José Luis López”, están muy orgullosos y para el que llevaban ensayando mucho tiempo. “Realmente la voz la trabajamos durante todo el año, pero para este certamen se necesita una preparación psicológica muy fuerte. Las pruebas de selección previas a la final son a puerta cerrada. Solo el jotero frente al jurado. No tienen ningún apoyo. En los ensayos ya lo hacíamos así. Pedía ayuda a algún compañero para que fingiera ser un jurado, con papel y boli incluido. Hacíamos pasar al alumno y yo comenzaba a tocar la guitarra y él a cantar. Así se iba preparando”, explica López.
Y es que esta sensación la conoce muy bien López, ya que este barbastrense ganó el primer puesto de este certamen en categoría juvenil en los años 2005 y 2007. “Estoy muy orgulloso de que el nombre de Barbastro siga sonando por todos los lugares de Aragón. Y más todavía en este Certamen en el que desde que yo gané, Barbastro no había obtenido ningún otro premio”.
Momentos antes de la prueba final, López confiesa que “Samuel estaba muy tranquilo, contento y concentrado. Lo que peor llevaba era que había tenido que despertarse muy pronto”, comenta riendo. “Cuando ganó el premio nos echamos a llorar. Es todo un logro que un alumno de una escuela tan joven, que lleva cinco años funcionando, gane un premio así”, declara.
Samuel Olivera y José Luis López aprenden juntos desde que el pequeño tenía tres años, y ahora tiene siete. “Si Samuel sigue así, le espera un futuro prometedor. La gente se empieza a interesar por él. Canta la jota muy clara, no corre, no tiene estridencias. En clase es muy maduro. Presta atención a todo lo que le digo y se nota que le apasiona la jota, porque es muy constante y atento”, concluye López.