Después de muchos años de ser educador, me he preguntado por qué lo soy, qué es lo que me da la autoridad moral para entrar en el Misterio de la vida de un adolescente e intentar acompañar sus pasos para que en un futuro sea feliz.
- El amor es una actitud que no se centra en una persona específica. Es un ir por la vida… amando a los demás.
- El amor es fundamentalmente dar, no recibir. En la vida llega un momento en el que casi todo se pierde, el amor es lo único que permanece.
- Amor es acoger el don del otro. Se acoge al sonreír, al estrechar una mano, al comprender…
- Amar es dejar ser, es dar a cada persona el respeto que merece. Es ayudar a ser lo que realmente se es.
- Amar es marcar límites. Dejar ser es lo contrario de una permisividad tolerante que todo lo consiente. Transigir sin más, por la comodidad de no afrontar el conflicto, es una falta de amor.
- Amar es cuidar el ambiente, crear una atmósfera donde cada uno pueda sentirse a gusto, sentirse él mismo.
- Amar es leer en profundidad los sentimientos del otro. Saber captar sus demandas de amor, sus manifestaciones de amor… sus problemas…
- Amar es respetar siempre la libertad del otro. Amar es aceptar que –desde su libertad– puede rechazar el amor que se le brinda.
- Amar es enseñar con sencillez que el sexo sincero y limpio es la más hermosa expresión de amor.
- Amar es dar a conocer a Dios, el que más nos ama, y, por tanto, hacer del perdón el gran signo.
Sólo el amor da sentido a la educación. Se puede ser buen profesional, buen profesor, preparado y actualizado… pero si no se ama a cada joven no hay ningún derecho a orientarles la vida. Educar sin amar sería sencillamente una profanación de la dignidad.
