FERMA 2024 cierra esta edición con un concierto de Idoipe, pero previo a ello, varios influencers del sector conversarán entre ellos. En la mesa redonda participarán cuatro agricultores: Antonio Garisa (@antoniogaloh), Laura Domínguez (@laura.agrodg), Javier Duque (@duquitoo_) y Carlos Borau (@agricbv). Los cuatro comenzaron a mostrar su día a día en el campo a través de la red social de Instagram y ahora cuentan con un gran número de seguidores atentos a su contenido.
Antonio Garisa, de Montesusín, en Los Monegros, empezó a crear contenido sobre el campo en su perfil privado y un día decidió hacerlo público. “No busqué esta visibilidad y lo hago sobre la marcha. Por eso publico cuándo y cómo me apetece”, comenta. Laura Domínguez, de Agón, en el Campo de Borja, comenzó hace cinco años, pero hace tres le contactaron las marcas para trabajar con ella y, poco a poco, fue creciendo. Por su parte, Javier Duque, de Fraella, en Los Monegros, se inició hace un año y con un vídeo que recibió bastantes visualizaciones y ‘me gusta’. En él, reparaba junto a su padre una máquina que habían comprado en Alemania y que no vino en perfecto estado.
Estos tres agricultores explican que, principalmente, muestran su trabajo en el campo y diferencian entre dos perfiles de seguidores. Por un lado, se encuentran aquellos que desconocen el trabajo de la agricultura. Por el otro, los agricultores profesionales, quienes también frecuentan sus perfiles para preguntar, aprender y compartir sensaciones y enseñanzas con estos influencers. “Muchos de las ciudades se piensan que todavía nos desplazamos en burro y que los huevos aparecen por arte de magia en los supermercados. A través de las redes sociales mostramos nuestra realidad y ayuda a desmitificar nuestro oficio”, comenta Duque.
Además de su día a día, en muchas ocasiones, las marcas contactan con ellos para trabajar juntos. Domínguez, por ejemplo, “pone a prueba” fitosanitarios. Para ello, muestra una cosecha de principio a fin, es decir, desde que cultiva hasta que ve los resultados donde, comparando con otras parcelas en las que no se ha usado ese producto, observan las diferencias.
A los tres les encanta hablar con sus seguidores y compartir opiniones. Garisa confiesa que cuando se encuentran en campaña, muchos se sorprenden de la cantidad de horas que pasa en el tractor. A Domínguez, sin embargo, le llegan mensajes de personas a las que les sorprende “que de verdad me guste este mundo y me dedique a ello. Pero me lo dicen a buenas, alegrándose de que cada vez exista más presencia femenina”, confiesa.
Los tres concuerdan en que la agricultura ha pasado por mejores momentos. “La situación actual es mala y cada vez la ponen más difícil las administraciones”, comenta Garisa. Por otro lado, también coinciden en que “empezar de cero es imposible. Debes venir de una familia agricultora y aun así es complicado porque los insumos están por las nubes y en los cereales fluctúa mucho. En ocasiones trabajamos por debajo de coste y eso muchas veces es inasumible”, explica Domínguez.
Por este motivo, Duque observa el potencial de las redes sociales para atraer a posibles agricultores. “De esta manera, muchos jóvenes que vienen de familias agricultoras quizás se animan a tomar el relevo y continuar con este oficio”, concluye.
