Resultó realmente difícil abstraerse del fútbol el pasado domingo. Incluso muchos de quienes tienen este deporte como el último de sus intereses se vieron empujados por la ilusión y la emoción que arrastraron los aficionados. 6.000 de ellos llenaron hasta la bandera un irreconocible Municipal de los Deportes para presenciar el enfrentamiento entre el principal equipo de la ciudad con el FC Barcelona.
Sin duda, ha sido uno de los hitos de la historia de Barbastro. No solo deportivo. También social. No solo por la cantidad de gente que llenó las calles (sobre todo las aledañas al campo). También por quienes siguieron el encuentro a través de la televisión o de la radio.
El nombre de Barbastro resonó en el mundo. Y esta circunstancia, efectivamente, no tiene precio. De nuevo, a quienes el deporte en general y el fútbol en particular no les interesa, le puede parecer un despropósito los esfuerzos del Ayuntamiento por hacer de las instalaciones el lugar adecuado para acoger este encuentro.
Suman más de 100.000 euros, a los que hay que añadir lo intangible del esfuerzo de los trabajadores municipales, fuerzas de seguridad del estado, Protección Civil, Cruz Roja…
Sin embargo, como bien justifica el consistorio, cabe reflexionar sobre lo que costaría una campaña de 90 minutos en una emisora nacional de radio o de televisión. Y a poco que se conozca los millones que mueve el fútbol, 100.000 euros constituyen una cantidad ridícula. Un gran esfuerzo para las arcas municipales, pero con un retorno que es difícil de calcular, aunque seguro, muy muy superior.
Se ha tratado de una circunstancia excepcional que ha requerido de una decisión rápida de la que no se debe dudar sobre su acierto. Ahora, el partido ha pasado y regresamos a la rutina tras haber superado lo que ha sido un sueño para los aficionados al fútbol. A pesar del frío.