Barbastro

Vivir en Burceat y en Cregenzán: tan cerca y tan lejos de la ciudad

¿Sabe en qué fechas se celebran las fiestas de los barrios de Cregenzán y Burceat? Ahí se vive la vida de pueblo, pero se pagan los impuestos de Barbastro. Sus vecinos denuncian falta de servicios

Varios vecinos de Cregenzán no perdieron la ocasión de posar juntos para El Cruzado Aragonés. Foto: L.GARCÍA
Lola Gª Casanova
03 julio 2023

Hace algunos años, conversaba yo con una mujer joven que vivía en un pueblo de Los Monegros. Ella, vitalista y decidida, arguyó a modo de colofón “quien quiere vivir en un pueblo, vive”.  Esta frase ha permanecido bien firme en mi memoria y la he vuelto a escuchar en Burceat y Cregenzán. 

Me cito con varios vecinos de Cregenzán. Rocío Muñoz y Susana Marín traen a sus hijos pequeños y junto a Alberto Serrano emprendemos un ameno paseo por el pueblo en el que vamos ampliando el número de contertulios. 

Marín señala que se crió en Barbastro y lleva residiendo en este barrio desde el fin de la pandemia. “Sin hijos me hubiera venido igual”, apostilla. Muñoz nació en Jaca, pero su marido sí cuenta con raíces en este núcleo. “Yo no he tenido ningún problema por integrarme. Algunos dicen que en  los lugares pequeños puede resultar complicado. No es mi caso ni el de Cregenzán. Aquí recibes una acogida estupenda”, afirma.

Demetrio Muzás, el vecino más mayor con 92 años, confiesa: “He vivido muchos años solo en esta calle. Ahora ha venido gente joven, hay niños y me dan una felicidad inmensa”. Muzás es toda una institución en el pueblo, querido y respetado por todos, pasa gran parte de su tiempo en su huerto. 

Llaman a otra pareja. Salen a la calle de un edificio destinado a vivienda de turismo rural. La primera de la localidad. “Hemos trabajado mucho en este proyecto y esperamos que funcione. Nos llena de ilusión, también por darle más vida a este lugar”, explica Eva, la promotora. “Confiamos en las posibilidades de este lugar”.

Serrano también se ha mudado desde Barbastro recientemente tras la intensa rehabilitación de una casa. “Cregenzán resulta un lugar privilegiado. Con vistas a la naturaleza, sin granjas, en lo alto. Con aire puro y siempre un verano más fresco y con menor temperatura que en Barbastro”. 

La convivencia en Burceat y Cregenzán

Todos ellos coinciden en señalar el entorno, la incuestionable cercanía de Barbastro con una carretera en buen estado y el ambiente familiar que reina en este vecindario de 53 empadronados. En absoluto una ciudad dormitorio. Porque tanto Cregenzán como Burceat ofrecen un verdadero ambiente de pueblo en el mejor de los sentidos. 

Rocío Muñoz señala: “Lo que más aprecio es la seguridad de conocer a la gente y la confianza que nos dispensamos”. Sin piscina, sin embargo, no lo ven como una necesidad porque “te montas una en tu casa y arreglado”. 

Los servicios

Pero este barrio no esconde el déficit de servicios que afrontan en su día a día. “Nos sentimos abandonados. La recogida de basuras presenta deficiencias. El parque infantil es una verdadera antigualla, la pista polideportiva necesita un mantenimiento urgente”. Van enumerando todos ellos. Durante demasiados años no ha habido niños viviendo de continuo, pero sí los ha habido los fines de semana y durante las vacaciones escolares. “Pero todo se encuentra deteriorado”, puntualizan.

 Otros aspectos nos los comentan Angelita Lascorz y Diana Mendoza quien llegó desde Monzón. Mendoza alude a la ausencia de actividades culturales. “Somos poquitos, pero se agradecería. Podría coincidir con las fiestas de agosto o con el verano en general, cuando viven más personas. El Ayuntamiento podría organizar alguna actividad como se hace en el resto de barrios de Barbastro, ¿no?”.

Por su parte, Lascorz añade que carecen de servicio de transporte público. “Yo no dispongo de coche y no soy la única. Nos vamos organizando, pero tampoco estaría mal que llegara el autobús. A mí me vendría bien para poder acudir a la piscina a nadar porque me lo ha recomendado el médico. En mis circunstancias, sin coche y sin autobús, lo tengo difícil”, puntualiza.  

Serrano señala otras de las deficiencias en este núcleo: la ausencia de placas identificativas en las calles. “Como algún día tenga que venir una ambulancia o un repartidor no sabrá llegar a la casa porque no contamos con señalización. También convendría mejorar la señalización del tráfico en las calles”.

Siguiendo con los temas de seguridad vial, las últimas e insistentes lluvias han producido socavones y agujeros en algunas calzadas. “Por ahora se puede circular –dice Mendoza– pero como apenas se nos presta atención tenemos miedo de que puedan ir a más y poner en riesgo la seguridad. Y se trata de un temor fundado, como ves, pagamos los mismos impuestos que en Barbastro, pero no recibimos, ni de lejos, el mismo trato”. 

Burceat

Hace unos meses, pocos,  las puertas de la iglesia de Burceat se abrieron de par en par para acoger la celebración de un bautizo. Este pequeño barrio vibró con esta fiesta cuyo significado fue más allá de una reunión familiar o la administración de un sacramento. De alguna manera escenifica la resistencia del barrio más pequeño de la ciudad y del nuevo impulso que vive. Frente a esta ilusión, otro aspecto nos ayuda a entender la vida en estos barrios. En Burceat “las luces de Navidad las instalamos nosotros mismos. ¡Vale! Somos pocos, pero también somos un barrio de Barbastro”.

Clara Mata preside la Asociación de Vecinos de Burceat, y comenta que “si hubiera más terreno urbanizable, estamos convencidos de que más personas se interesarían por venir a vivir aquí porque algo se está moviendo”. 

Un sitio donde la convivencia se disfruta, los vecinos se conocen y existe esa confianza de lugares pequeños, cuando en ocasiones, tu vecino hace más por ti, que tu propia familia. Así es la vida en los pueblos. Así quieren que perdure. 

Burceat siempre ha estado menos habitado que Cregenzán. En las noches de invierno, en este lugar, apenas pernoctan una decena de vecinos. Las raíces de Mata radican en Burceat con la casa de sus abuelos que aún mantiene la familia. Y aunque vive en Barbastro “si tengo que elegir, me quedo con Burceat”. No en vano preside la Asociación de Vecinos.

Tras la pandemia se ha reactivado el interés por residir ahí con la llegada de tres parejas y existe un trasiego de deportistas que vienen a caminar o en bicicleta. “Burceat siempre ha ido por detrás de Cregenzán en servicios” explica Mata. Sobre Burceat ha pesado un cierto sentimiento de  resignación. “Durante demasiado tiempo hemos arrastrado un complejo de no pedir, pero hay que hacerlo. Somos muy pocos, pero pagamos como cualquier otro vecino  de Barbastro y nos merecemos un trato mejor”.

En la lista de las deficiencias de este barrio en primer lugar nos encontramos con el agua. La empresa adjudicataria de este servicio es diferente a la de Barbastro y en múltiples ocasiones el agua no presenta la calidad adecuada con turbidez, cortes de agua. “Lo hemos denunciado en diversas ocasiones y hemos transmitido al Ayuntamiento de Barbastro nuestro deseo de que la concesión del agua potable cambie de manos. No es de recibo”.

Otro asunto sangrante lo vemos en un reciente corte de luz que afectó a este barrio durante 15 horas. “¿Alguien se imagina que una parte de Barbastro se quedase sin suministro eléctrico durante medio día? Impensable. De este modo nos trata la empresa de energía de Burceat”.

En muchas de sus reivindicaciones Burceat y Cregenzán coinciden. La ausencia de transporte público urbano que sí llega a los barrios de San Valentín, Bellavista… pero que se olvida de los que se sitúan fuera del casco urbano de Barbastro. 

En los últimos años no han recibido ni inversiones ni mejoras en Burceat. Para la portavoz de la Asociación de Vecinos, Burceat precisa, de manera urgente, de una adecuación de espacios y del cuidado del entorno. Sin espacios recreativos, esta es una lucha que viene de lejos. 

“Llevamos tiempo intentando que adecenten la balsa como lugar de esparcimiento, por ejemplo. Y no solo por nosotros sino por otras personas. Son muchos los que se acercan hasta aquí en bicicleta o caminando y podrían venir más, seguro, para disfrutar del entorno y de la tranquilidad de un lugar como este, tan bonito y cerca de Barbastro”.

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