El Ayuntamiento de Graus convoca el XVI Concurso de microcuentos Cientocincuenta. Este concurso dedicado a la palabra, la oralidad y la literatura, lleva desde el año 2007 celebrando en diciembre una nueva edición.
Ciento cincuenta palabras como máximo en torno a una frase: Cuando miro por mi ventana. Esa es la temática de este año. Y ciento cincuenta euros como premio al mejor cuento.
Un máximo de dos cuentos por autor, que se responsabiliza de que sus cuentos sean originales, inéditos y no premiados anteriormente en ningún otro concurso.
Estas son las sencillas bases de un concurso que cada edición recibe más historias, en torno a un tema concreto. Pero a su vez abierto a muchas interpretaciones, muchas miradas, muchas reflexiones puestas en papel. Este año, el hilo conductor de este concurso de microliteratura será nuestras ventanas abiertas al mundo, a nuestro mundo, exterior o interior
Cada año van superando en historias, pequeños relatos que son capaces de decir muchas cosas con tan solo 150 palabras, suficientes para lanzar al mundo lo mucho que quieren contar.
Ganadora del último certamen de microcuentos Cientocincuenta
El año pasado la ganadora del certamen fue Montse Codina Botifoll con su relato “Todo empieza con una palabra”. El hilo conductor de esa edición era ‘Empezar de nuevo’ y recibieron un total de 209 textos procedentes de diferentes puntos de la geografía nacional.
Todo empieza con una palabra
Si es una palabra, puede ser Adiós. Si son dos, hasta luego o hasta siempre. Cuatro “Te deseo lo mejor”. “Soy yo, no eres tú” son cinco, y “no estamos en la misma página”, seis. Lo que siga puede variar entre cajas de cartón y rollos de precinto o quién se queda la Smart tv y la Thermomix. Si hay mascota se complica. Bobby estará muy solo con tus turnos. Tu apartamento no tiene terraza. ¿Qué hacemos? Un “lo echamos a suertes” es un acuerdo del cincuenta por ciento. ¿Volvemos a intentarlo? Es una oferta de tres y con perspectiva de futuro. ¿Y si nos vamos a vivir al Pirineo? Una propuesta de ocho. Un guau, una onomatopeya y un largo beso se come todas las palabras.
Empezar de nuevo puede ser una cuestión de ciento cincuenta palabras.
